“Había nerviosismo por ir a buscar el oro en todos los botes”

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Hay apenas unos días de descanso activo y después es volver a empezar. Para el remero sanducero Mauricio López las cosas son así. Volvió de los Juegos Panamericanos luego de colgarse la medalla de oro integrando el Ocho con Timonel (junto a Eric Seawright, Felipe Klüver, Bruno Cetraro, Leandro Salvagno, Marcos Sarraute, Leandro Rodas y Martín Zócalo, con Romina Cetraro como timonel), se mordió los labios por no haber podido defender el sueño con el Doble Peso Ligero, pero ahora está enfocado en marzo; en el preolímpico. El Club Remeros está bajo agua, pero siempre hay una mano que permite continuar con la tarea. Y López se mueve, en este caso, en el gimnasio de Oscar Samurio. “Volví con sentimientos encontrados. Porque por un lado conseguimos resultados históricos, pero por otro en el Doble Peso Ligero pasó lo que pasó”, dijo López a EL TELEGRAFO. Todavía masca la frustración de no haber podido correr más allá de la primera serie junto a Felipe Klüver, porque el mercedario se desgarró corriendo el Cuádruple Par que fuera oro. “La realidad es que el Doble Peso Ligero es un bote muy difícil, muy parejo. Y decidimos no correr el repechaje para priorizar los botes en equipo. Felipe estaba lesionado, yo no estaba al 100 por ciento, y cualquier error nos iba a dejar afuera. Y había que pelear el oro en el Cuádruple”, destacó. Es verdad que se esperaba la actuación del remo. Y terminó siendo histórica. “Nunca se consiguió este resultado. Y demuestra el proceso que se viene realizando desde hace ocho años y está dando ahora sus frutos. A nivel de mujeres hay que tener un poquito más de paciencia, porque se comenzó hace poco”, confesó. Y no dudó en asegurar que esa expectativa del mundo deportivo uruguayo se respiraba en el ambiente. En cada entrenamiento y en la concentración. “Se siente, sí”, dijo sobre la presión que podía sobrevolar el ambiente. “Había nerviosismo, sobre todo para ir a buscar el oro en todos los botes, cuando en realidad, pensándolo fríamente, ya clasificar a una final para nuestro medio y el amateurismo que manejamos, es impresionante”, repasó. Pero considera que la selección es “una isla”, si se tiene en cuenta la realidad del remo nacional. “Y no poner excusas y decimos que no podemos; al contrario. Y eso nos ha dado resultado. Es lo que transmite Osvaldo (Borchi, el entrenador), y también los más grandes, que siempre estamos haciéndole ver a los más chicos que si a veces dicen que tienen poco, antes no teníamos nada. Antes era juntarse un mes antes a lo que saliera, y ahora es otra historia”. “Machuca” trabajó todo el año en el bote junto a Klüver. Desde enero, el plantel celeste ha trabajado en México, Chile, Alemania, Mendoza y más, afrontando preparación y competencias. “La verdad es que sentí el cuerpo cansado. Se notó en muchos de nosotros, aunque solo Felipe pasó de eso a la lesión. Por suerte se está recuperando en Rio de Janeiro con el Flamengo”, indicó. Pero hay que volver. Y rápido. Es que en marzo, en Rio, será el preolímpico y la última oportunidad de poder pelear un cupo para París 2024. Dificilísimo, pero el sueño está ahí. Y el trabajo también. “Hay que ver qué fondos aparecen para concentrar en marzo. Hay que tener paciencia y trabajar para el preolímpico en Brasil. No podés descansar; el descanso tiene que ser activo. Porque el nivel es muy parejo, si bien los botes se conforman sobre la fecha, el hecho de estar concentrados y en buen nivel, hace que no se sienta cuando Osvaldo arma los botes”, repasó. Y mientras proyecta a marzo. Al Doble Par Ligero y a la recuperación de su compañero. Al sueño olímpico. López sabe, lógicamente, que será complicado: “son solo dos cupos disponibles para América porque se bajaron un montón de lugares en el Doble Par Ligero. Es muy parejo”. Pero nadie evita que sueñe, con el respaldo indispensable del trabajo. Porque eso, y sueños, no faltan. https://www.eltelegrafo.com/

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