A mediados de agosto de 2021, las armadas de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, EE. UU., México, Paraguay, Perú y Uruguay –y Colombia como país observador–, participaron en el ejercicio de Control Naval de Tráfico Marítimo Transamérica XI. Ecuador fue el país sede y organizador del ejercicio. Durante dos semanas los países participantes simularon escenarios de tensión, crisis o conflicto, en áreas donde se veía amenazado el tráfico marítimo para mejorar el alistamiento y las capacidades de interoperabilidad de las armadas de la región. Durante el ejercicio los participantes se enfrentaron a conflictos e incidentes de diferente índole como el contrabando, la pesca ilegal, la piratería, el terrorismo, desastres naturales, emergencias sanitarias, transmisión de enfermedades pandémicas y accidentes ambientales. “Facilitó coordinar las tareas entre las armadas del continente americano para la protección y defensa del tráfico marítimo e incrementar el grado de interoperabilidad entre los países de la región”, informó la Armada del Ecuador en un comunicado. “Esta actividad resulta fundamental consolidarla en tiempos de paz, ya que sirve para coordinar las acciones inherentes al monitoreo, dirección y defensa del transporte marítimo, pesca y otras actividades económicas, desarrolladas en las aguas de interés nacional con el accionar de los países de la región, a fin de contribuir a la seguridad del tráfico marítimo cuando surge una crisis o conflicto armado”, sostuvo la Armada Argentina en un comunicado.
Transamérica es un ejercicio que se realiza desde 1995, y su misión es conducir un ejercicio de control naval de tráfico marítimo en una situación simulada de conflicto, a fin de contribuir con el adiestramiento de los componentes de las Organizaciones de Control Naval de Tráfico Marítimo. Durante el ejercicio participan tanto buques mercantes y pesqueros, reales y simulados. “Este adiestramiento permite interactuar con las distintas armadas, desarrollando un importante conocimiento de las amenazas y su posible ámbito de ocurrencia, así como el monitoreo de los buques en general, pero en particular de aquellos que por su interés puedan ser prioritarios en su atención debido a su carga, por su posibilidad de ocasionar siniestros que podrían llegar a traer graves perjuicios para nuestro medioambiente marítimo, nuestras vías navegables o nuestras instalaciones portuarias”, indicó por su parte la Armada de Uruguay. https://dialogo-americas.com/