“En principio será vía aérea, por el aeropuerto de Ezeiza, y por vía marítima en el Puerto de Buenos Aires”, dijo el ministro de Turismo y Deportes de la Nación, Matías Lammens. Argentina, que ocupa el sexto lugar en el mundo en cantidad de contagios por coronavirus y que no ha podido controlar el avance de la pandemia, con 1.069.368 infectados y 28.338 fallecidos, ha decidido, en una medida unilateral, autorizar la entrada de turistas extranjeros de países limítrofes colocando por delante la economía sobre la salud de la región. Argentina parece querer convertirse en un peligro latente para sus vecinos. “En principio será vía aérea, por el aeropuerto de Ezeiza, y por vía marítima en el Puerto de Buenos Aires”, dijo el ministro de Turismo y Deportes de la Nación, Matías Lammens. “No pediremos reciprocidad”, apuntó Lammens, “Hemos trabajado toda la semana con el Ministerio de Salud para crear las condiciones para que esto pueda suceder”, dijo a Radio Mitre. Y lo insólito es que reconoce que primero está lo económico antes que la salud: es “un ingreso importante para nuestra economía y una etapa más en esta pandemia para dar vuelta la página, sin abandonar la lucha contra el virus que nos tiene en plena batalla”, dijo el expresidente de San Lorenzo, hoy reconvertido en Ministro de Turismo y Deportes. Lammens señaló que la Ciudad de Buenos Aires está conversando para hacer un test de arribo”, para los turistas que lleguen de Uruguay. “Hoy las condiciones están dadas para que las personas de países limítrofes puedan viajar a Argentina”, sintetizó.
Pero el atropello de Lammens va más allá al decidir por su cuenta y solo acordar los viajes fluviales y beneficiar a una empresa de barcos, Buquebus, del argentino Juan Carlos López Mena: “En el caso de Uruguay, ya estamos muy avanzados con los protocolos, con la ciudad de Buenos Aires también, con las empresas que traen a los turistas uruguayos, para que se puedan hacer un test de PCR a bordo del barco y, ya con la negatividad de ese PCR, puedan entrar al país”, dijo el ministro kirchnerista, pero no explicó ni cuantificó la cantidad de turistas extranjeros que podrían regresar a sus países contagiados en Argentina. En esta forma Argentina se mete en las decisiones de otros países, porque Uruguay ha cerrado básicamente sus fronteras a extranjeros para el verano y esta medida inconsulta del gobierno kirchnerista que debió ser consensuada con los países limítrofes, pone claramente en evidencia que al Estado argentino poco y nada le interesa el tema sanitario propio y de la región. Y Lammens señala en una discutible percepción: “De los (países) limítrofes (podrán ingresar) de todos porque en Uruguay tienen una situación sanitaria mejor a la nuestra y el resto de los países están en una situación similar, así que no vemos motivo para impedir [la entrada] de algún lugar en particular”. En medio de esta polémica decisión, Argentina anuncia que los turistas no deberán cumplir cuarentena para ingresar al país y con esto le pasa el problema a los países vecinos y que trastoca la situación en la región de quienes luchan con seriedad para contener el avance de la pandemia. Cosa que el gobierno argentino parece no hacer. Mientras tanto la ONU recuerda el informe de la Universidad Johns Hopkins donde expresa que el número de países con más de un millón de casos confirmados de coronavirus ha aumentado a siete, con Francia, Argentina y España como las últimas naciones en alcanzar la marca. https://www.icndiario.com/