Entrevistados en Rompkbzas Milko Schvartzman y Rodrigo García Píngaro, integrantes de Océanosanos, hablaron sobre los preocupantes datos vinculados a actividades ilegales en la terminal portuaria y el «talón de Aquiles» de los controles oficiales. La pesca no declarada y no reglamentada es conocida mundialmente no solo por sus impactos ambientales y económicos, sino también por otras actividades ilegales que encubre. Entre ellas, narcotráfico, trata de personas, trabajo semi esclavo y crímenes a bordo. En ese marco el Puerto de Montevideo está catalogado como el segundo, a nivel mundial, en recibir pesca de transbordo sospechada de ser ilegal. Los incidentes con víctimas a bordo, los casos de narcotráfico, los incendios y las peleas grupales en barcos extranjeros son moneda corriente. También en el hecho de que, según cifras oficiales, estos buques «descargan» un promedio de un tripulante muerto por mes en estas costas. Estos datos forman parte del informe «Pesca ilegal, no declarada y no reglamentada en el Atlántico Sur. Trabajo esclavo, trata y muerte en el Puerto de Montevideo», elaborado por la organización Océanosanos. Los datos fueron reveleados en Rompkbzas por los integrantes de este colectivo, Mirko Schvartzman y Rodrigo García Píngaro. El informe subrayó en primer lugar la falta de control que, a nivel oficial, existe sobre esta actividad. «No saben cuántos barcos son no los que están en el puerto», afirmaron. Océanosanos calculó que, al menos, 1500 pesqueros que operan en forma ilegal llegan cada año al Puerto de Montevideo. El talón de Aquiles, se sostiene, está en las tareas de inspección desarrolladas por la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos y la Armada Nacional. Relatando los casos de trabajo semi esclavo detectados en este barcos, que muchas veces gozan de ventajas y exenciones legales, se cuestiona que el Estado «sea cómplice de la esclativud». http://www.espectador.com/