Una creencia general es que el agua “achocolatada” muy común en la Barra del Chuy, Aguas Dulces y Valizas, se debe a la presencia de yodo en el agua. Sin embargo, ese color se produce por un fenómeno bastante frecuente, que se da principalmente en primavera. Te contamos de qué se trata. Como agua para chocolate podría haber sido también el título de esta nota, y es que ese fenómeno que hasta ahora el mito se lo endosaba al iodo, la ciencia lo presenta como un fenómeno frecuente en primavera o luego de tormentas provenientes del Sur, pero poco tiene que ver el yodo en este caso. Para explicar este fenómeno provocado por Asterionellopsis guyunusae, consultamos a la bióloga Ana Martínez, de la base de Dinara en La Paloma, quien se explayó sobre este evento: “las diatomeas son un tipo de microalga que tienen una cubierta de sílice y que suele dominar en los ambientes turbulentos como los ríos o las costas”. Para Martínez, “particularmente las diatomeas de la zona de rompiente están adaptadas a vivir exclusivamente en la zona de rompiente de playas arenosas disipativas expuestas, o sea, playas con una ancha zona de rompiente, grano fino y poca pendiente, con un sistema dunar asociado y un arco de playa mayor a 4 kilómetros. Estas diatomeas se ven favorecidas por una gran energía de ola, en los períodos de calma permanecen en los sedimentos y son arrastradas por detrás de la zona de rompiente”.
Cómo sucede
“Los vientos fuertes hacia la costa –indica Martínez- provenientes del cuadrante sur, empujan el agua hacia la playa generando olas de alta energía y una zona de rompiente más desarrollada”. Estas condiciones “favorecen la re-suspensión de estas algas, que comienzan a multiplicarse y acumularse en la zona de rompiente, provocando así una gran acumulación celular, dando al agua ese aspecto de “chocolatada”, por eso este fenómeno es común luego de tormentas provenientes del sur”, explica. A pesar de esa mala apariencia que genera en el agua “las floraciones de Asterionellopsis guyunusae no ofrecen ningún riesgo para la salud, ni son perjudiciales para el medio ambiente, más bien todo lo contrario –apura Martínez-, éstas algas son la base de la cadena trófica y sus floraciones sirven de alimento a muchas especies de la franja costera”. Tal es el caso de los organismos filtradores como la almeja (Mesodesma mactroides) el berberecho (Donax hanleyanus) y el tatucito (Emerita brasiliensis), que se alimentan principalmente de esa especie y las playas disipativas que las contienen suelen tener una alta biodiversidad. Este hecho refuerza la importancia del sistema marino con todos sus componentes, pues son esas particularidades que permiten el desarrollo y mantenimiento de la biodiversidad. De esa forma, el mar turbio, o “chocolate”, es una más de las características que contribuyen para que estas playas presenten una de las mayores biodiversidades. http://lapalomahoy.uy