La Corte dice que esta decisión suya no debe prevenir que la partes continúen sus discusiones sobre el tema, el que ambas partes ha reconocido como de interés para ambos. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) rechazó hoy por 12 votos a favor y 3 en contra que Chile esté obligada jurídicamente a entablar negociaciones con Bolivia para que este país obtenga un acceso soberano al océano Pacífico. Los jueces decidieron, por la misma diferencia de votos, rechazar las peticiones de Bolivia, que había pedido que se declarase que Chile había incumplido en el pasado esa obligación de negociar. La CIJ concluyó que las notas, actas y diferentes declaraciones entre ambos países a lo largo del siglo XX y principios del XXI implican que ha existido una intención de negociar por parte de Chile, pero ello no significa que este país haya adquirido una obligación jurídica. La tesis de Bolivia de que todas esas declaraciones fuesen acumulativas también fue rechazada por la CIJ. Los magistrados igualmente desestimaron el argumento de La Paz de que los diferentes contactos entre las partes le habrían generado «expectaciones legítimas», pues éstas sólo deben ser consideradas en «laudos arbitrales entre un inversor privado y un Estado», pero no en un juicio entre Estados. Asimismo, añadió que las diferentes resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) conminando a ambos países a sentarse a negociar «no constituyen una base legal para establecer una obligación a negociar», rechazando otro de los argumentos de Bolivia.
No obstante, los magistrados agregaron en sus conclusiones generales que la decisión tomada hoy «no debe impedir que las partes continúen su diálogo e intercambios en un espíritu de buena vecindad». Dicho diálogo abordaría «los asuntos relacionados con el enclaustramiento de Bolivia», una solución para la cual «ambos han reconocido que es un asunto de interés mutuo».
El conflicto
En el 2013, el presidente de Bolivia, Evo Morales, decidió demandar a Chile en la corte de La Haya para obligarle a negociar la salida al mar que su país perdió en la Guerra del Pacífico, en el siglo XIX. ¿Qué fue lo que pasó en ese conflicto para que chilenos y bolivianos protagonicen la ruptura más larga de relaciones diplomáticas en América Latina?, ¿por qué no se han podido arreglar?
La Guerra del Pacífico sucedió a finales del siglo XIX. Se desató en 1879 y duró cuatro años. En ella, Bolivia perdió su acceso al mar, lo que dejó profundas huellas que los bolivianos las sienten como una suerte de mutilación que les impide acceder a un mayor desarrollo. Chile, que fue el país vencedor del conflicto, percibe la situación como una molestia permanente que le ha fomentado la imagen de ‘mal vecino’. En los últimos 40 años las tensiones y roces entre ambos han sido constantes. Las relaciones diplomáticas se interrumpieron en 1978 y desde entonces ningún esfuerzo por recomponer los vínculos ha prosperado. En 1975, por ejemplo, bajo los gobiernos de facto de Hugo Banzer (Bolivia) y Augusto Pinochet (Chile), se habló del ‘Abrazo de Charaña’: consistía en que los chilenos cederían a los bolivianos un corredor soberano al norte de la ciudad de Arica, pero la propuesta fue rechazada. Después, durante la primera administración de Michelle Bachelet en Chile (2006-2010), se estableció una ‘Agenda de 13 puntos’, que incluía el tema del mar, pero al igual que Charaña terminó sin resultados. La emergencia de los nacionalismos, las aspiraciones políticas de Morales y el cada vez menor consenso en Chile en torno a hacerle concesiones a Bolivia se mencionan como parte de los factores que les han impedido restablecer relaciones. «Aquí se demuestra una fuerte impronta del nacionalismo. Si en Bolivia la pérdida de la salida al mar es vista como una gran afrenta, en Chile también hay un reflejo defensivo nacionalista como respuesta a la agresividad”, destacó Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano, de Madrid. La aspiración de Morales de postularse a un polémico cuarto mandato lo alentaría a seguir con el discurso en contra de Chile que lo llevó a catapultarse de líder cocalero a mandatario con gran apoyo popular. La estabilidad política sin precedentes de Bolivia bajo su mando supone un aumento significativo de poder para Morales, quien adicionalmente celebra el excepcional crecimiento económico alcanzado en los 12 años al frente del gobierno. En el caso de Chile, la escalada de tensión ha reducido el apoyo a la causa boliviana afianzando la posición oficial de “irrestricto respeto” al tratado de 1904 que puso fin a la Guerra del Pacífico. «Para Chile es inviable ceder soberanía, porque se estima que la cuestión de la soberanía está regida por el tratado fronterizo de 1904 y es ese el acuerdo nacional que existe», dice Astrid Espaliat, académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. www.elpais.com.uy
Obligacion no, Si tiene el humano deber de país vecino y hermano. El siguiente testimonio honroso lo confirma: https://youtu.be/B1bvMKdmm2o