Sombras y luces en la gestión del gobierno

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carpbar

Los sufridos y pacientes lectores que han leído mis notas en los últimos años recordarán que fuimos muy  críticos de proyectos como el puerto de aguas profundas, Gas Sayago y la regasificadora, los dislates de la gestión del pretenso Licenciado Sendic en ANCAP, el engendro de Alas Uruguay y PLUNA  y  la gestión que le está correspondiendo al Sr. Ministro del Interior en el combate a la delincuencia. A todos esos planteos se les intentó desacreditar, por parte de algunos funcionarios del gobierno, manifestando que no se ajustaban a la realidad y que tenían sólo una intención política que era la de perjudicar a la imagen del Frente Amplio. Nada más alejado del propósito de mis notas. Para mí,  siempre lo primero ha sido el país y el procurar lo mejor para  esta Patria mía de la que me siento orgulloso y, por otra parte, a esta altura de mi vida donde soy consciente de que, en cualquier momento, tendré que subir a la barca de Caronte para atravesar el Estigia, sería absurdo que mis enfoques, mis puntos de vista, estuvieran  determinados por bastardas intenciones políticas. El transcurso del tiempo, que siempre pone las cosas en perspectiva, ha demostrado que mis asertos, en su mayor parte, estaban debidamente fundados. Oportunamente, dijimos que el puerto de aguas profundas de Rocha no era viable porque la enorme inversión que requería no podía compensarse con las cargas que podía captar. El gobierno del Presidente Mujica hizo oídos sordos a esa argumentación, constituyó una comisión interministerial que gastó, inútilmente, millones de dólares y efectuó distintas gestiones internacionales para seducir a eventuales inversores sin que las mismas fructificaran hasta que, transcurrido el tiempo, luego de examinar la inviabilidad del emprendimiento, el Ministro Rossi, que se caracteriza por su sentido común, dispuso el archivo de este proyecto. Tampoco fue atendido el argumento de que la regasificadora era inviable si no se tenía asegurada la venta del gas excedentario al consumo nacional. Luego de haber malgastado más de cien millones de dólares en este emprendimiento el gobierno ha decidido discontinuar con el mismo dando prueba tangible de que esta iniciativa constituyó un grave error y que se actuó festinadamente al llevarla a cabo. Lo acontecido con ANCAP ya ha sido suficientemente comentado. Cerca de mil millones de dólares que se fueron por el drenaje por la caótica administración del Señor Sendic y que, de haberse destinado a la educación, habrían permitido alcanzar, para esta actividad esencial para el futuro del país, el 6% del P.B.I. pretendido por las diferentes gremiales. En cuanto a la lucha contra la delincuencia y la gestión del Sr. Bonomi, los números, los datos estadísticos, no tienen intenciones políticas. Son una realidad indiscutible que demuestra el fracaso estrepitoso de una gestión. Sin embargo, se ha dicho, con respecto a este secretario de Estado, que las críticas que se le realizan tienen un propósito político y eso es querer tapar el sol con un harnero. Al revés, en un enfoque de política electoral mal intencionada, lo mejor sería que el Sr. Bonomi siga al frente de un ministerio donde ha demostrado su incapacidad e ineficiencia. La realidad es que todos pedimos a gritos un cambio en esta materia, porque no estamos seguros, porque tenemos miedo de que nuestros familiares, amigos y nosotros mismos, podamos ser atacados por una delincuencia que crece en forma exponencial. No criticamos para afectar al gobierno. Lo hacemos porque reclamamos, ya, ahora, sin dilatorias, cambios sustanciales en esta materia. Al respecto, no entendemos la pasividad del Presidente Vázquez que es un hombre inteligente y que ha tenido que soportar piquetes frente a su domicilio con pancartas colocadas en su reja exterior por el último infame homicidio llevado a cabo cerca de su casa. Estas son las sombras, el panorama ominoso que ofrece la gestión del gobierno, pero también hay algunas luces que no sería justo ignorarlas y que considero mi deber referirme a las mismas. Y esas luces se dan en dos áreas que, por mi vieja vinculación con ellas tienen, para mí, particular interés. La primera refiere a la Comisión Administradora del Río Uruguay, donde la delegación presidida por el Capitán de Navío (r) Gastón Silbermann Victora está realizando una destacable gestión que se ha proyectado en diversas áreas donde la más relevante refiere al mejoramiento de las condiciones de navegabilidad de nuestro río epónimo. Es notable el logro alcanzado en esta materia, a través de acuerdos con la parte argentina, que han permitido alcanzar, en el tramo compartido del Río, profundidades satisfactorias incluso con la apertura y dragado del canal de Casa Blanca que ofrece ventajas significativas frente a los pasos de Vera, Urquiza y Almirón. Los logros alcanzados en esta materia facilitan notablemente la operativa de puertos como Fray Bentos y Paysandú y abren posibilidades importantes, al respecto, con relación al puerto de Salto.

Y el otro logro a destacar refiere a la gestión que está desempeñando la delegación que preside el Dr. Felipe Michelini ante la Comisión Administradora del Río de la Plata. Lo concretado en esa comisión binacional, al influjo de nuestros representantes, es de particular trascendencia, destacándose en esta materia el dragado y profundización de los canales de Martín García y su eficiente mantenimiento y el haber superado algunos obstáculos que impedían que nuestro país estuviera habilitado, conforme al Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, para profundizar el Canal de Acceso al puerto de Montevideo llevándolo a 14 metros de profundidad lo que le va a otorgar importantes ventajas comparativas con relación a otras terminales portuarias de la región. En la agenda de la CARP, se mantienen para dilucidar dos cuestiones relevantes: La primera refiere a demarcar la frontera terrestre argentina-uruguaya que se verificó al unirse Timoteo Domínguez con Martín García. Si bien el límite fue establecido en el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, la demarcación del mismo todavía no se ha realizado a pesar de que, por notas reversales canjeadas entre los cancilleres Luis Barrios Tassano de Uruguay y Dante Caputo de Argentina, en el año 1989, se dispuso que esa tarea debía ser realizada por la citada comisión binacional. Se trata de un trabajo técnico que, llevado a cabo por especialistas utilizando los desarrollos tecnológicos existentes, se puede realizar satisfactoriamente en corto lapso. La segunda tiene que ver con el proyectado canal lateral o canal de la Magdalena proyectado por la República Argentina.  Este canal, cuyo proyecto de construcción, fue consentido por nuestro país en el año 2006, implica la modificación de la traza del canal principal de navegación en el Río de la Plata uniendo El Codillo con la Zona Beta que es una zona de alijo y complemento de carga prevista en el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo y que aparentemente podría asegurar una profundidad de no menos de doce metros y que tendría una extensión de 52 kilómetros y medio, lo que significaría el abandono del dragado y mantenimiento del Canal de Punta Indio. En otras palabras, los buques procedentes de la parte oeste del Río de la Plata, del Río Paraná e incluso del Río Uruguay, en lugar de acercarse a la costa uruguaya a través del denominado Canal de Punta Indio seguirían por un canal lateral próximo a la costa argentina hasta alcanzar profundidades naturales..

Estimamos poco probable que este emprendimiento, del que se ha insistido por la delegación argentina recientemente en el seno de la CARP, se lleve a cabo. Su construcción demoraría más de dos años, lapso durante el cual. Argentina tendría que seguir dragando el canal de Punta Indio y su costo, que podría superar los trescientos millones de dólares y la ventajas que le puede otorgar al tráfico marítimo y portuario de ese país, no lo justifican. Y afirmo que no lo justifican porque beneficiaría sólo a los buques procedentes del Sur del frente marítimo del Río de la Plata. Los que procedan del Norte o tengan ese destino van tener un derrotero más corto utilizando el canal de Punta Indio. Por otra parte, la operativa de los prácticos que se efectúa, ahora, desde el puerto de Buceo se vería complicada porque tendría que originarse en alguna terminal de la costa argentina adyacente a ese canal. Ahora bien, frente a este escenario, cabe preguntarse ¿cuáles serán las consecuencias  negativas para nuestro país, si la Argentina, abandona el mantenimiento  del canal de Punta Indio para utilizar exclusivamente este canal lateral Sur es decir, el canal denominado de La Magdalena?

Es difícil sin un estudio batimétrico establecer las consecuencias de este emprendimiento para nuestro país, pero a esta altura, y en forma aproximada se puede estimar lo siguiente:

  1. Un buque procedente de Nueva Palmira o del puerto de Montes del Plata en Punta Conchillas, que necesite hacer escala en Montevideo, deberá navegar alrededor de ochenta millas náuticas más para hacerlo. En efecto, deberá continuar por el citado canal lateral hasta su boca y allí siguiendo la isobata de 12 metros, navegando al Este del Banco Inglés deberá ingresar al canal de acceso al puerto de Montevideo que está a 42 kilómetros de esta terminal y que se piensa prolongar a 54 kilómetros cuando se profundice a 14 metros.
  2. El mismo derrotero pero al revés deberá efectuar una nave que se dirija desde el puerto de Montevideo tanto a Nueva Palmira, como a Buenos Aires o a cualquier terminal argentina en el Río Paraná. Los prácticos que ahora operan desde el Puerto de Buceo para pilotear los buques con destino a los canales argentinos, seguramente lo van a hacer desde la costa de su país o de un pontón instalado en las proximidades de la zona beta. Ello tiene incidencia en el sentido de que estos profesionales y las naves que los transportan efectúan alrededor de 5000 operaciones anuales utilizando no sólo embarcaciones de bandera uruguaya sino teniendo oficinas y personal de apoyo administrativo instalados en nuestro país.
  3. A ello se agrega la pérdida que tendrán las empresas que suministran provisiones, combustible y diferentes servicios a los buques que esperan frente a Montevideo para ingresar al canal de Punta Indio.

Ahora bien, estimamos que aun teniendo en cuenta los mencionados perjuicios invertir en el dragado y mantenimiento del canal de Punta Indio que, obviamente, sería abandonado por la República Argentina no tendría a su favor la ecuación costo beneficio.

Con mayor razón hay que concluir en el mismo sentido en cuanto a participar, con Argentina, en el dragado del Canal de la Magdalena. Si hemos sostenido  que para ese país la citada inversión no es redituable, con mayor fundamento, debemos hacer lo propio en cuanto a que la República Oriental del Uruguay, aunque sea parcialmente, participe financieramente en la concreción de ese emprendimiento.

En otras palabras, para el caso que estimamos improbable que la Argentina resuelva construir el canal de La Magdalena, nuestro país debiera abstenerse de participar en ese emprendimiento y dragar por su cuenta el canal de Punta Indio.  http://eltelescopio.com.uy

Por Edison González Lapeyre EL TELESCOPIO

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