* (Por Yamandú Esteban Flangini)
En año de trámite presupuestal, se han planteado diversos proyectos o sugerencias de nuevos Ministerios, como De Calentamiento Climático, de Agua, de Deportes, no son estos los nombres exactos pero si las materias en cuestión, y alguna otra que se escapa.
-Que pretensión o significado tiene “el ministerio”, reunir en una sola oficina al primer nivel de Estado, de las materias de que se reúnen en estos temas. Los mal pensados piensan que lo que se procura son más asientos privilegiados e ingreso de funcionarios al servicio público.
Considerando la hipótesis más altruista, es la preocupación de dar un tratamiento preferencial, de primer nivel a los temas que provocan tal intención. Sin dejar de lado el valor de las intenciones, nos imaginamos que el sector marítimo tiene mayor incidencia, mayor importancia a los altos intereses del Estado, y sin embargo a lo largo de la historia de este país, nunca tuvo una atención adecuada en conjunto, aunque si a actos individuales, que al no ser coordinados en una sola directiva, se dispersan, se diluyen, se van perforando y perdiendo el logro que se hubiere logrado. Si observamos, o repetimos lo ya infinitas veces dicho por este medio y otras formas de comunicación, la dispersión de los intereses marítimos en diferentes dependencias del Estado, parece poco creíble que esta situación tenga la continuidad de años que lleva. En lo internacional, donde un gran porcentaje incide en este tema, no sólo es disperso en Ministerios y Entes, sino que dentro de ellos se subdivide más el tratamiento de los temas. En MRREE las Comisiones Administradoras, producto de los Tratados con Argentina, funcionan a nivel de chacras privadas a partir de la desaparición interesada de la Dirección de Asuntos Marítimos. El por qué se dispersaron: para que cada político que se nombraba en las Delegaciones, no tuviera dependencia directa, y pudiera crear su feudo. Fue allá por los años ’90 que comenzó el disloque. Se tomaron los cargos de Delegados como oportunidad para nombramientos de políticos de pocos votos o colaboradores destacados, y se nombraron en ellas a quienes ni siquiera sabían para que estaban. Lo único muy bien establecido eran las “dietas” alias las retribuciones personales, generalmente en moneda fuerte. Así comenzaron las “chacras “y los errores garrafales, o las decisiones sin base. En una publicación de la Delegación en la C. del Río de la Plata, aparecen las declaraciones del Presidente de la Delegación, afirmando que en los canales del río era aplicable “la jurisdicción “de las Partes. Algo justamente contrario a lo logrado en el Tratado, que nunca los canales quedarían en jurisdicción de una de ellas. Lo acaecido, no es diferente a lo que era esperado con la sustitución de especialistas, técnicos y representantes activos de los Ministerios involucrados, por políticos fracasados o amiguismos. Sigue al presente donde es de preguntar, si existe la coordinación de un plan de transporte, como para seguir dragando todo por ahí, sin saber ciertamente cual es la verdadera razón de estas actitudes. Se draga el Uruguay, y Fray Bentos sufre una paralización portuaria por falta de actividad. Se draga M. García, y se vuelve a dragar, por falta de mantenimiento, lo que ya se dijo que hasta en esta etapa tampoco tiene previsiones de cómo se hará. Se destruyen carreteras, se toma como puerto principal de un área u puerto sin conexión de FFCC. No es claro quien se benéfica de los dragados, si el Estado o los usuarios los que logran unas toneladas más por mayor calado. Quizás alguna generación pueda ver lo que a la nuestra está visto se negó. Pero hay más y continuaremos.- (YEF)
* (Promotor, redactor y negociador del Tratado del Río de la Plata, del Estatuto del Río Uruguay, Delegado ante NNUU en Convención del Mar, Experto en temas marítimos y, de soberanía y límites.)
