Un grupo de 25 personas dedicadas a la pesca, o cuyo sustento depende directamente de esta actividad, está elevando un reclamo con la intención de lograr que el gobierno se sensibilice ante su situación.

-Los trabajadores explicaron que el combustible al que se vieron expuestas sus artes de pesca provoca que los peces escapen, lo que ha redundado en una reducción muy importante en las capturas. Según indicó Leonardo Obarni, el grupo de firmantes de una solicitada que se hizo llegar a EL TELEGRAFO (ver página 19) está integrado por pescadores desde la zona del barrio Curupí hasta la localidad de Casa Blanca, quienes tendrán que hacer frente a la reposición de los elementos afectados para volver a sus niveles habituales de producción. -Obarni señaló que los materiales con que están confeccionados las redes y espineles absorben mucho y el gasoil quedó impregnado.

Por otra parte, asegura que el poco pescado que sale no está en condiciones de comercializarse luego de haber estado en contacto con este residuo. El pescador estimó que el precio de un espinel ronda los 1.000 pesos, mientras que una red oscila entre los 4.000 y 5.000, y algunos perdieron hasta dos de cada cosa. A ello hay que sumarle los problemas ante la falta del ingreso que se ha generado. La intención de los pescadores es que el gobierno se sensibilice ante este problema, que se decrete una veda por contaminación y se disponga algún tipo de apoyo para poder retomar su actividad. -A partir de este inconveniente también han salido a plantear otras problemáticas a las que se enfrentan, especialmente para poder desempeñarse al amparo de las normativas vigentes, por lo que solicitan la simplificación de algunos trámites y que se encuentren mecanismos para que se pueda hacer frente a los costos, que hoy en día resultan demasiado para algunos; la mayoría de los pescadores figuran como deportivos.

“Nosotros recién empezamos, lo primero que queremos es que se nos reconozca como pescadores artesanales, después con el tiempo vamos a ir alumbrando otros proyectos, pero lo que pasa es que carecemos de reconocimiento; a muchos de nosotros no nos consideran pescadores artesanales”, señaló.- (El Telégrafo)