1825-19 DE ABRIL-2018: DESEMBARCO DE LOS TREINTA Y TRES ORIENTALES

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Un fugaz  renacer del proyecto artiguista de la “Patria Grande” y confederada: el Proyecto Artiguista fue, como se sabe, el de una gran confederación que mantuviera unidas a todas las provincias del Virreinato del Río de la Plata, independientes, federales y republicanas. Desgraciadamente se frustró una y otra vez por las corrientes hegemónicas que desde la provincia de Buenos Aires lo hicieron inviable. Desde un origen,  desde el otro lado del río se quiso disponer abusivamente de nuestro destino; y el Éxodo fue la más profunda expresión de que nuestra convicción federal pasaba por el respeto “a la soberanía particular de los pueblos”. Derrotado militarmente el artiguismo en 1820, cinco años después sus viejos  compañeros, un puñado de valientes federales, bajo el mando del General Lavalleja, seguramente el más destacado y fiel de los Tenientes de Artigas retornaron con la misma idea, desembarcando el 19 de Abril de 1825, luego de burlar la vigilancia de la marina imperial. Luego del desembarco de Lavalleja en la Agraciada, al frente de los 33 Orientales, los hechos se suceden vertiginosamente y se van incorporando diferentes poblaciones. A menos de un mes de la Cruzada Libertadora, todo el territorio al sur del río Negro estaba en poder de los patriotas y los brasileños se habían refugiado en las ciudades amuralladas de Montevideo y Colonia. Fue pues una jornada heroica que hoy conmemoramos y que llevaría muy poco después al Congreso de Florida y la proclama de independencia del 25 de Agosto de 1825. Proclamada la independencia de Brasil y luego de las victorias decisivas de Ituzaingó y la liberación de las Misiones Orientales, las fuerzas imperialistas de Brasil y la oligarquía unitaria de Buenos Aires, buscaron el respaldo de una potencia extracontinental –Inglaterra- y establecieron la Convención Preliminar de Paz de 1828.  Allí volvió a frustrarse el proyecto artiguista, especialmente por la traición del gobierno bonaerense que hizo inevitable nuestra plena independencia, ante la evidencia y el temor de una nueva corriente anticentralista, al calibrar que los orientales no aceptarían la sumisión y, renacería la lucha por la Confederación. A ello se sumarían los naturales intereses de Brasil y de Inglaterra, más la propia convicción del pueblo oriental de optar por la mejor posibilidad real: LIBRES, CONSTITUÍDOS E INDEPENDIENTES, ANTES QUE SOMETIDOS AL CENTRALISMO APÁTRIDA. DE TODOS MODOS LA HISTORIA NO TIENE FIN CONOCIDO….EL IDEARIO ARTIGUISTA NO MURIÓ; Y EL DEVENIR DE LOS TIEMPOS DEMUESTRA QUE ESTÁ MÁS VIGENTE QUE NUNCA.- (ACEUM – UVM)

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