El continente antártico es el único refugio del planeta en el que no se ha dado ningún caso de COVID-19, a pesar de las expediciones que han estado trabajando allí durante meses. El coronavirus está azotando a todo el mundo. El virus, que registró sus primeros casos en el mes de diciembre en China, se ha propagado a una velocidad de relámpago y ya es una pandemia que afecta a todo el mundo, especialmente a países tan potentes como Italia y España. A casi todo el mundo. Todavía hay un reducto en el que no ha llegado el COVID-19. La crisis originada por el coronavirus ha llegado a todo el mundo, pero el único continente que resiste por el momento es la Antártida. Es el único lugar del mundo en el que todavía no se ha registrado ningún caso positivo por COVID-19. Y no ha sido nada fácil. Se encuentra en pleno verano austral, época en la que se dan cita científicos, técnicos y militares de un gran número de países. La superficie antártica tiene construidas alrededor de 80 bases y han acogido durante estos meses a unas 5000 personas procedentes de países como Estados Unidos, Chile, Argentina, Reino Unido, España y China. Precisamente han sido las bases chinas las que más han visto reducidas su actividad durante este año, decreciendo en un 60% su trabajo en la Antártida.
Las complicaciones para volver a España
El impacto del COVID-19 también se ha notado a pesar de ser el único continente del mundo en el que no hay casos de este contagioso virus. Un grupo de 92 militares, investigadores y técnicos españoles que se encontraban en la Antártida están intentando volver a España tras los acontecimientos sucedidos durante las últimas semanas, pero países como Argentina, Chile y Uruguay han cerrado el espacio aéreo a este tipo de vuelos. Los profesionales han tenido que cerrar las dos bases españolas en la Antártida (Juan Carlos I y Gabriel de Castilla) y están experimentando su particular odisea para regresar. Un primer grupo pudo volver a España en el buque oceanográfico Hespérides hace dos semanas. Sin embargo, desde hace diez días varios han visto como se les complicaba la situación y tuvieron problemas para volver desde Chile a España en vuelos de Iberia. Los países sudamericanos han bloqueado los vuelos a Europa, precisamente por la crisis del coronavirus. Hasta 37 personas buscan ahora regresar a la península ibérica vía Sao Paulo, lugar al que llegarían vía Hespérides. Si el país brasileño también prohibiera los vuelos a España, tendrían que buscar una ruta alternativa y navegar de vuelta a Europa en barco desde América o desde la propia Antártida. Jordi Felipe Álvarez, jefe de la base española en el continente antártico, ha asegurado que es la opción más factible. Este viaje podría durar hasta un mes, que sumados a los tres que llevan trabajando en la Antártida, serían cuatro lejos de sus familias. https://as.com/