Se agrava la crisis en la Armada uruguaya, más accidentes y arrestos, mientras los partidos políticos negocian próxima jerarquía

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Al tiempo que nuevos datos sobre la lancha SAR auxiliar hundida dos veces a fines de noviembre  en el puerto de Montevideo (la última por rotura o mal estado de lingas al levantarla para reparar), que indican que, durante una maniobra de despeje de embarcaciones en mal estado del muelle de la cercana Base Naval del Cerro, la citada lancha comprometió su casco contra fondos rocosos-lo cual se supo- semanas atrás, mientras llevaba a laguna de las mismas a un ejercicio de hundimiento, no comunicado a la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos, como es de praxis. Semanas antes, otro barco de la Armada uruguaya, éste de patrulla costera, un ex Clase Cape, el ROU 11 Rio Negro- de 1.88 de calado- perdió al menos una de sus hélices navegando en el Canal de San Gabriel, una zona de aguas someras cercana a la ciudad de Colonia del Sacramento. Dado que previamente se había dado de baja (para recibir a las Clase Protector que estaban arribando desde EEUU) a su gemela,  la ROU 10 «Colonia», se extrajeron repuestos de las hélices de esta embarcación  y no sólo se ocultó el tema de la opinión pública, sino que su capitán fue distinguido con el mando de la futura unidad de Clase Chamsuri que Corea del Sur donó a Uruguay. En un contexto en el que también han trascendido versiones de  fuertes  roces de cascos contra boyas u obstáculos próximos al puerto de Montevideo de otras unidades navales el Día de la Armada, 15 de noviembre pasado, se volvieron a producir sanciones contra oficiales disidentes con el actual estado de situación. Así, un capitán de corbeta que habría pretendido dar cuenta de presumibles irregularidades en el Comando de Flota y específicamente en Infantería de Marina, habría sido trasladado, tras arresto simple de 15 días, por sus superiores a oficinas del  Ministerio de Defensa,  y, nuevamente fue arrestado diez días a rigor el Contralmirante Otto Gossweiller, actual Director de Material (DIMAT), quien ha estado patrocinando casi todas las denuncias de procedimientos poco claros en la Fuerza-que se han confirmado- desde abril de 2020.

Manejos contables deficientes

Esta vez, en un tema según diversas fuentes, amañado, por casos viejos de asientos contables mal realizados por integrantes del Grupo de Buzos acerca de equipamiento puntual y cuyas boletas de compra se conservan, en lo que se entiende como una vuelta represiva hacia todo oficial o suboficial que pueda dar testimonio de problemas de entidad en la Armada. Dichos movimientos contables menores, se hacen en las últimas décadas, por lo cual, hasta los abogados internos concluyeron en la inexistencia de delito alguno, como concluyó la propia Contraloría Naval meses atrás. Por otra parte, el gravísimo cuadro advertido dentro del Comando de Infantería de Marina de la Armada uruguaya alude a compensaciones indebidas, faltantes de combustible, cambio de favores internos, así como hasta cría y venta de ganado- vacuno, ovino y suino- absolutamente clandestina. Lo curioso es que el responsable de Finanzas en ese momento no era el sancionado Gossweiller, sino el actual Comandante de Flota, contralmirante Mario Vizcay, a cuyo mando están justamente las unidades que han registrado los problemas reseñados en los últimos meses, y la malograda operación de captura de un pesquero potero chino que no estaba faenando en julio pasado, con la consecuente pérdida de imagen internacional. Más llamativo aún es que partidos políticos del oficialismo y el izquierdista Frente Amplio opositor, estén negociando el nombre de Vizcay como sucesor del cuestionado Comandante en Jefe actual , el almirante Jorge Wilson, aunque el contralmirante en cuestión no tiene curso de Estado Mayor, como la mayor parte de los oficiales de esa alta categoría en la Armada., lo que hoy se exige para ascender, aunque se comenta que podrían reglamentarse excepciones sui géneris. Simultáneamente, medios de prensa de actualidad han especulado, de manera cada vez menos decorosa para la imagen y el profesionalismo castrense-en una tendencia que se incrementa peligrosamente en los últimos 8 años- con la supuesta simpatía o proximidad político partidaria de altos oficiales  de las tres Fuerzas, de cara a cambios jerárquicos previsibles a instrumentarse en los próximos meses, más allá de lo que pueda emanar de la crisis en la Armada y el Esmade o la absoluta falta de material de vuelo y los constantes retiros, por ello,de personal,  en la Fuerza Aérea. (Javier Bonilla)  https://www.defensa.com/

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