La ciencia está cada vez más cerca de poder explicar por qué los pulpos son animales tan inteligentes

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Los pulpos son considerados maestros del camuflaje porque en cuestión de milisegundos pueden cambiar el tono de su piel, su textura y hasta su forma para imitar la de otros animales. El pulpo es un organismo excepcional. Tiene un cerebro extremadamente complejo y sus capacidades cognitivas son únicas entre los invertebrados. Pero hay algo en el misterio y el comportamiento de los pulpos que los han acercado a los humanos como ningún otro animal del océano. Esta cercanía llevó a que cientos de científicos a lo largo y ancho del planeta dedicaran y dediquen sus vidas a desentrañar la razón evolutiva detrás de su inteligencia y los mecanismos moleculares que la determinan. Hasta ahora estas investigaciones arrojaron algunos datos interesantes. A los estudios que confirman su capacidad de aprendizaje, su capacidad de resolver problemas sencillos y su enorme versatilidad cognitiva, ahora se le suman algunos más recientes que sugieren que, al igual que ocurre con los seres humanos, su cerebro mientras duermen pasa por diferentes ciclos, en los que los pulpos sueñan y cambian de color. Además, un segundo trabajo confirma que estos animales pueden “saborear” cualquier cosa que pase por sus tentáculos sin necesidad de llevárselo a la boca. Esto los ayuda a componer las características de su entorno y ponen patas para arriba nuestra noción de los cinco sentidos porque en el pulpo el tacto, el sabor, el olfato, la visión y la escucha parecen estar mezclados en uno solo. Con sus más de 700 especies que habitan en buena parte de las aguas del mundo, los pulpos han podido despegarse y volverse más complejos que cualquier otro molusco. Algunas teorías apuntan a que hace 275 millones de años los antepasados de los pulpos perdieron su caparazón y esto hizo posible que el animal explorara lugares que las especies previas no podían y así buscar alimento. Perder el caparazón también los dejó más expuestos a los depredadores y por eso tuvieron que idear soluciones más creativas para esconderse y escapar. Como, por ejemplo, usar caracoles y conchas para envolverse o cambiar su color, textura y forma y así perderse en el entorno. Además, los pulpos parecen capaces de establecer vínculos duraderos con las personas. Ya sea en el documental Mi maestro el pulpo -ganador del Oscar a Mejor documental en 2021- en el que un realizador establece un vínculo con uno de estos animales en estado salvaje en la costas de Sudáfrica; o el libro El alma de un pulpo, en el que una investigadora relata los hechos reales de su amistad con tres pulpos en el acuario de Boston. Ambos son ejemplos recientes de interacciones interespecies que desconciertan a los académicos. Todos estos elementos, sumados a la capacidad de jugar que manifestaron estos animales en diversos estudios, los vuelven un ser extremadamente cautivador para el estudio científico. Que, como suele suceder, siempre genera más preguntas que respuestas. https://www.teledoce.com/

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