La llevada a cabo a bordo de la goleta IDUS DE MARZO fue la primera expedición a la Antártida organizada por la Asociación España en la Antártida, de naturaleza privada y con el apoyo científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación– con la finalidad de que España cumpliese los requisitos exigidos para su incorporación al Tratado Antártico como miembro de pleno derecho. Con sus 32,5 metros de eslora, 7 metros de manga, 114,6 toneladas de registro bruto, capaz de aparejar 550 metros cuadrados de superficie vélica en ceñida y casi 1.000 con vientos portantes, la goleta IDUS DE MARZO, construida en Astilleros Armón, en Navia (Asturias), fue capaz de llevar –y traer sanos y salvos– a 23 expedicionarios al continente, que hizo exclamar al británico Robert Scott: Dios mío, ¡qué sitio más detestable!
A lo largo de más de 10.000 millas, la goleta –que salió oficialmente del puerto asturiano de Candás el 15 de diciembre de 1982 y recorre las islas de la Península Antártica y sus bases científicas, finalizando su periplo en Punta Arenas (Chile), el 29 de marzo de 1983, si bien la IDUS DE MARZO no tocará tierra española, concretamente en Cádiz, hasta el 8 de junio. En este vídeo, se pueden visualizar algunas de sus aventuras.
Sensibilización hacia la Antártida
Esa primera expedición, que conmemora una placa de bronce colocada en la isla Rey Jorge, en los 62º de latitud Sur, realiza labores de observación y reconocimiento de gran utilidad para trabajos posteriores y genera, como resultado indirecto de la sensibilización de la Administración Central ante la realidad antártica, la participación de científicos españoles en la campaña Austral 1984-1985, del Instituto Antártico Chileno, y en la primera campaña invernal del buque oceanográfico POLARSTERN, de la República Federal de Alemania, en 1986. La primera expedición científico-pesquera netamente española la constituye la campaña Antártida 8611, patrocinada por la secretaría General de Pesca Marítima, a bordo de los arrastreros congeladores NUEVO ALCOCERO (2.840 TRB y 102 metros de eslora) y PESCAPUERTA CUARTO (1.627,5 TRB y 73,8 metros de eslora). Los resultados de esta campaña fueron determinantes para que España consiga la categoría de miembro consultivo de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Antárticos (1987) y del Tratado Antártico (1988), acentuándose su presencia en el continente antártico con la instalación de la base permanente Juan Carlos I. Desde entonces, se han completado las instalaciones en tierra, con la construcción de la base Gabriel de Castilla, en la isla Decepción, y la dotación de embarcaciones con el buque oceanográfico de investigación polar Hespérides, siendo ya innumerables las campañas, instituciones e investigadores que han desarrollado su labor, en ámbitos muy variados, en el continente antártico.
La semilla de la IDUS DE MARZO
Los frutos de este árbol de la investigación española en la Antártida han sido abundantes y lo serán aún más en el futuro, desarrollándose en tantas y tan variadas ramas – geología, oceanografía, pesquerías, física, cambio climático, meteorología, zoología, botánica, cartografía,…– que hoy no podemos ni intuir; pero sí conocemos una de las semillas que le dieron origen: la expedición a bordo de la goleta IDUS DE MARZO.
Han transcurrido casi 40 años, han fallecido algunos de los expedicionarios y el resto somos casi 40 años más viejos, más calvos la mayoría, algunos más gordos y todos más sabios, todos aquellos que no tratamos de dejar la impronta en una tierra prácticamente virgen sino de lo contrario: de quedar marcados para siempre por un continente, unidos por una relación personal a perpetuidad y enamorados perdidamente de un barco, una goleta con alma de mujer. Y ahora, tras 40 años, esta selección de fotografías únicamente trata de dejar el modesto testimonio de lo que supuso aquella expedición y de recordar a los que ya se han ido, pero que siguen entre nosotros porque renacen cada vez que nos reunimos. Guillermo, Vicente y Santiago: ¡Buena proa donde os encontréis!
Alberto Vizcaíno Fernández, biólogo y ex director general de Pesca Marítima del Principado de Asturias.